Me ahogo de nostalgias y tantos buenos recuerdos que las palabras no podrían expresar lo que siento al terminar esta etapa. Quisiera vivir de vuelta todos aquellos horarios, clases y recreos tal como fueron... Traté de aprovechar de la mejor manera mi etapa escolar, pero nunca pensé que llegaría a su final.
Es triste y alegre llegar al final de este juego lleno de risas, enojos, llantos y obligaciones. Triste porque uno tiene miedo a lo desconocido y a lo que "se viene", porque tantos años en el mismo lugar a las 7:28 hs donde veías a todos dormidos y te preparabas para otro día escolar era mi vida. Será que uno se acostumbra a este tipo de vida y no piensa cuándo va a terminar. O mejor dicho, en cierta parte, uno sí piensa en su último año con el viaje de egresados, las fiestas, etc, pero uno no piensa en desprenderse de su "segunda casa".
También esto tiene su parte alegre, porque las cosas cumplen su ciclo y uno tiene que desplegar sus alas y seguir volando sobre las cosas que la vida todavía guarda en ella. Hay que ser agradecidos de los que el colegio nos brindó, y saber que siempre llevará una gran parte suya en tu corazón.
Sin dudas esta etapa fue la mejor de la vida, donde aprendes a ver qué personas realmente te van a estar con vos en todas, aprendes a golpearte contra la pared y levantarte, aprendes sobre el amor donde a veces el chico que te gusta no es el indicado y eso te duele pero, a la larga, vas entendiendo por qué él no y el otro sí... Aprendes cosas que ningún profesor te explica.
A mi colegio y a esta etapa siempre la voy a recordar con una sonrisa, y muy alegre,  porque gracias a todo lo que viví  puedo considerarme una persona feliz. Gracias a la vida de poder otorgarle a mi familia la posibilidad para que yo estudie y pueda vivir de la mejor manera mi adolescencia.

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